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"PROGRES 2.0": HIPOCRESÍA AL PLATO


Podrán decirme que soy del antiguo testamento, que atraso más que el reloj de arena... Todo lo que quieran. Pero la milanesa siempre se hizo, se hace y se hará con huevo y pan rallado. Por los siglos de los siglos. Y por mucho que a los "progres 2.0" no les haga ninguna gracia que se les refriegue la verdad por el hocico, la verdad de la milanesa es que son los campeones mundiales de la hipocresía.

Con sus aires de superioridad moral, característico en la izquierda de todos los tiempos, se llenan la boca hablando de democracia, igualdad, inclusión, derechos humanos, justicia social, distribución equitativa de la riqueza... cuando tienen un historial de totalitarismo, estrangulamiento de las libertades, atraso, pobreza y muerte que revienta por todas las costuras (más de 150 millones de personas asesinadas por la ideología "anticapitalista" a la que le rinden culto y de lo que parecen no tener memoria).

Sin embargo, eligen vivir en los países más desarrollados del "injusto" mundo occidental y disfrutar a cara descubierta de todas las libertades, ventajas y comodidades que les pone a disposición el "diabólico sistema capitalista" al que dicen que habrán de combatir "hasta la victoria final". ¿No es pintoresco?

La asqueante hipocresía de los progres "antisistema" que condenan el capitalismo de la boca para afuera mientras se ponen rechonchos mamando de la teta capitalista, la explica muy bien Maximiliano Bauk en un cristalino artículo publicado en el diario La Voz en el que el analista de Políticas Económicas del Centro de Estudios Libre pregunta: "¿Cuál es la razón para que los antisistema se vean obligados a vivir empapados de aquello que tanto detestan?"; a lo que él mismo responde: "¡Ninguna!".

Y plantea: "Todo aquel que esté en contra del capitalismo puede irse a algún terreno lejos de la ciudad, a vivir de manera autosuficiente, o bien invitar a sus amigos a vivir a su manera, estableciendo sus reglas de convivencia. Podrían dividirse las tareas y los recursos a su parecer, hacer con sus productos lo que se les antoje y vivir la vida como mejor les plazca, ya que ni el capitalismo ni nadie se los impide".

Claro que ante semejante ofensa no va a faltar el progre 2.0 que enseguida eche mano al cuchillo de su hipocresía para saltar en defensa de "su" libertad de elegir (la misma que le garantiza el sistema al que quiere destruir; lo que resulta por lo menos curioso) con algún discurso rebuscado y falaz de esos que la izquierda afiebrada siempre lleva bajo el poncho.

Pero Bauk no es fácil de arrear: "La cuestión es que no impongan su forma de vida al resto de la gente, puesto que de ese modo sí estarían esclavizando a personas que no quieren vivir como se les ordena. Esto ha pasado ya en la antigua Alemania Oriental, en la Unión Soviética, o bien hoy en Corea del Norte y Cuba, países que compartieron y comparten la característica de ser cerrados, de tener la necesidad de cuidar sus fronteras ¡para que no se escapen los ciudadanos! y donde sus poblaciones se vieron, a través de los años, privadas de algo muy común para el resto del mundo: el progreso", dice.

Y por si a alguien le queda alguna duda acerca de que la progresía anticapitalista, anti Dios, anti propiedad privada, anti familia, canta en un lado y pone los huevos en otro, Bauk lo explica claro como el agua clara: "La única razón por la que los anticapitalistas viven dentro del capitalismo es por una decisión individual de cada uno de ellos, puesto que esa es la manera más sencilla de vivir y la que, por más asco que les dé admitirlo, les facilitó la vida en todos los sentidos. Ese es el único motivo de tanto farsante criticando al capitalismo a través de Facebook o por medio de sus teléfonos inteligentes y conectados a Internet de alta velocidad. Si algo no les gusta, no lo compren: nadie los obliga". 

Lo que a Bauk le faltó (o no quiso) decir es que los progres 2.0, tras leer su artículo, lo iban a acusar de "facho", "troll de la derecha oligárquica" y de todo lo que pudieran encontrar en el diccionario actualizado de la mufosa ideología marxista a la que tributan. Una ideología que lo único que hizo a lo largo de la historia fue sembrar opresión, hambre y muerte dondequiera que haya puesto la alpargata.

Si hablar de "progreso" con esos antecedentes a cuestas no es hipocresía, que venga Dios y lo vea.

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